-Las noticias que llegan de Tailandia no son nada alentadoras.
-Ciertamente. Llevamos cuatro o cinco años en un proceso de reforma política que está afectado por la crisis financiera. La reforma se vive además de forma crítica porque el rey, con 81 años, no hace la misma función de equilibrio que antes. Además, China se presenta como una potencia y los recursos económicos se desplazan a países del entorno, lo que repercute al pueblo. A pesar de ello, hay movimientos no violentos dentro de esta reforma. No obstante, la situación estalla en forma de violencia.