"Tales from the Loo" (Cuentos desde el váter) explica cómo algo tan íntimo hoy en día no lo fue así en el pasado y poco a poco, incluso los tailandeses más humildes abandonaron la costumbre de ir a defecar al campo para adoptar la moderna taza con dispositivo para tirar de la cadena.
Los visitantes pueden emular a sus antepasados en la muestra y sentarse encima del agujero de las espartanas letrinas de madera que el rey Chulalongkorn impuso por ley para todo el público a principios del siglo XX.
A su lado y frente a la entrada del museo hay una réplica de las casetas reservadas a los monjes budistas en los templos, en forma de pequeña stupa y cuya rampa con surco separaba los desechos sólidos de los líquidos.
Ese primitivo mecanismo fue adoptado hace más de 700 años en Sri Lanka y luego penetró en Tailandia, donde no cuajó porque el intenso calor tropical derretía las heces y éstas se mezclaban con la orina.