Esta me hizo muchísima gracia cuando la leí. Lo de las túnicas entalladas no tiene precio. Ignoro si será cierta la noticia, que supongo que sí. No entiendo pues que se haya llegado a tal relajación de las normas monásticas y a tanta, no sé como decirlo, estupidez por parte de los monjes gay y trans en este caso. No se mete uno a monje o monja para entallarse la túnica y mquillarse. Mucho menos para beber alcohol que hasta donde yo tengo entendido incumple uno de los cinco preceptos básicos del budismo que es no ingerir sustancias intoxicantes.