Un estudio de la OCU, publicado el pasado mes de diciembre, revela el oscuro mundo de la industria dedicado a la pesca de estos crustáceos en Tailandia.
La próxima vez que comamos gambas en Tailandia, será mejor asegurarnos de que vienen directamente del pescador.
Joer, pues con lo gordas que eran las que vendían en Pattaya, hasta me creo que las alimenten con birmanos crudos....
A mí, es que me impresionaron... Me daba un poco de repelús, acostumbrado al marisco de España, comerme algo tan hipertrofiado... Pero bueno, estaban buenas, la verdad. Y al borde del mar, con cervecita y acompañando un masaje de pies, pues...
La verdad es que no hay nada tan pernicioso para el mar como un pescador. En Galicia, después del accidente del prestige, el marisco era tanto y tan grande que parecía traido de Marte.
Y es que les obligaros a parar tres meses.
Pues la capacidad regeneradora del mar es tan grande que en ese tiempo las centollas se subían por los pilares de los puentes del mar gallego. Y no es broma!
Pero esa capacidad no es infinita. Y la codicia y el desprecio por la naturaleza de los pescadores, sí.