La comunidad cristiana de Malasia (7% de la población) criticó duramente la decisión de las autoridades del país asiático de poner el sello oficial del ministerio del Interior sobre más de 35.000 ejemplares de la Biblia en lengua malaya, en el que se aclara que son “sólo para uso de los cristianos”.
Las biblias habían sido importadas desde Indonesia por cuenta de la Sociedad Bíblica de Malasia y fueron secuestradas y bloqueadas por el gobierno desde el 20 de marzo de 2009, hace dos años, en el puerto de Klang, en el Estado de Selangor (Malasia Occidental o Peninsular).
La información fue publicada por la agencia internacional Zenit, que cita a la agencia misionera AsiaNews.
Más del 52% de los 26 millones de habitantes de Malasia son musulmanes, y el 18% budistas.
La reacción de la Sociedad Bíblica no se hizo esperar y fue muy explícita. “La Sociedad Bíblica de Malasia está preocupada por el modo en que la Biblia cristiana es marcada por los no cristianos, y sellada con palabras que los cristianos no aceptan ni consienten”, explica un comunicado del organismo.
“Como libro sagrado de los cristianos, la Biblia debe ser tratada con el debido respeto consultando a los órganos competentes cristianos representativos antes de introducir cualquier texto externo en las Biblias”, dice el comunicado de la sociedad, que rechazó con decisión la invitación por parte del ministerio de retirar los ejemplares “timbrados” en la aduana del puerto de Klang.
La Sociedad Bíblica recordó además al ministerio que los acuerdos alcanzados en el pasado y repetidos en una carta oficial en 2005 permiten a los cristianos “el acceso a su libro sagrado en la lengua Bahasa Malesia, siempre y cuando la cruz y las palabras ‘sólo a los cristianos’ sean estampados por los mismos cristianos”.
También fue claro el rechazo por parte de la Federación Cristiana de Malasia, organización que reúne a la casi totalidad de las denominaciones cristianas del país, inclusive a la Conferencia Episcopal Católica de Malasia. “Toda persona que respeta las Sagradas Escrituras se horrorizaría con esta acción. No aceptaremos una profanación de la Biblia, porque la Palabra de Dios es sagrada para nosotros”, afirma un comunicado del presidente de la Federación, Ng Moon Hing.
Para el obispo anglicano de Malasia Occidental, la intervención del Ministerio de Interior da a entender que la Biblia en lengua Bahasa (la lengua común de Malasia) es “ahora tratada como un producto controlado, y la palabra de Dios es objeto de control por parte del hombre. Esto es totalmente ofensivo para los cristianos”.
Mientras que algunos grupos, entre los que se destaca el Malesian Civil Liberties Movement, pidieron la renuncia del Ministro de Interior, Datuk Seri Hishammuddin Hussein, quien defendió la iniciativa, declarando que el sellado de las Biblias no es una práctica nueva ya que fue realizada con anterioridad por sus antecesores el Primer Ministro Abdullah Badawi y Tun Mahathir bin Mohamad.
La cuestión del “estampado” forzado de las Biblias está poniendo en riesgo las relaciones entre las autoridades malasias y la comunidad cristiana, relaciones ya deterioradas tras otro “secuestro” de ejemplares de la Biblia el pasado enero. Se trata de 30.000 ejemplares importados también de Indonesia por la sección local de la Gideons International, y bloqueados en el puerto de Kuching, Estado de Sarawak (Borneo noroccidental), porque “contenían palabras que se encontraban también en el Corán”.
Los ejemplares del Nuevo Testamento, de los Salmos y de Los Proverbios debían ser distribuidos en algunas áreas cristianas de Sarawak. Como recordaba Compass, casi dos tercios de los cristianos de Malasia (el 64%) pertenecen a la población indígena de los estados de Sabah y Sarawak, que utilizan como lengua común el malayo.
En el origen de los repetidos bloqueos de las Biblias en lengua malaya (no sucede lo mismo con las copias en otras lenguas, por ejemplo en inglés) está la cuestión del uso por parte de los cristianos de la palabra “Allah” para llamar a Dios, que explotó el pasado 7 de enero de 2009, cuando el Ministerio del Interior prohibió a la arquidiócesis de Kuala Lumpur usar el término en la sección de lengua malaya de su semanario, el Herald Weekly. Según el Ministerio, el uso del término por no musulmanes puede “crear confusión y dañar el orden público y además podría inducir a los musulmanes a convertirse al cristianismo.
Un recurso contra la prohibición, presentada por el arzobispo de Kuala Lumpur, monseñor Tan Sri Murphy Pakiam, fue recibido el 31 de diciembre pasado por el Tribunal Supremo, que confirmó el derecho constitucional de los cristianos a usar la palabra “Allah”. Con la intención de impedir la aplicación de la sentencia, que provocó violentas protestas de los musulmanes (una decena de iglesias atacadas en enero de 2010), el ministro decidió impugnar el veredicto del juez Lau Bee Lan. Aunque el Tribunal de Apelación no estableció la fecha de la audiencia, la Iglesia tiene todas las cartas en regla para vencer en esta segunda fase de la batalla legal.
Las fuentes confirman que los cristianos de Malasia usaban la palabra “Allah”, antes que el nacimiento del Estado Federal de Malasia, que se produjo en 1963. Un diccionario latino-malayo del siglo XVII demuestra sin equívocos el uso del término en sentido cristiano. Se trata del Dictionarium Malaicum-Latinun y Latinum-Malaicum publicado en 1631 en Roma y reeditado ahora con la intención de sostener la posición de la Iglesia Católica. Y también para demostrar que el cristianismo lleva mucho tiempo aquí: 400 años.
Además, como explicó en una entrevista concedida a ZENIT en enero de 2010, el obispo de Melaka-Johor (Malasia Peninsular), monseñor Paul Tan Chee Ing, "en el Sagrado Corán, en la sura 5,69 y en la sura 22,17, incluso más explícitamente en la sura 2,62 se dice que los judíos, los cristianos, los sabeos y los musulmanes dan culto a Allah". "¿Cómo puede, por tanto -dijo el prelado- un musulmán actuar en contra de su Sagrado Corán? No es posible. Y si lo hace es por ignorancia o por razones de oportunismo político". Para monseñor Tan, “sólo en los últimos tiempos, que no sólo ‘Allah’ sino que otras palabras o frases de origen árabe -por ejemplo ‘rasul’, ‘baitullah’ etc.- fueron prohibidas a los fieles no musulmanes. No es una batalla lingüística. Es una batalla por los votos, o sea política".+
Fuente: Aica
¿Porque no me extraña?
¿Pero hay algún ámbito, algún país, o algo que no represente un problema si se comparte con el Islam? ¿No será acaso que el problema es el Islam? Para evitarte problemas REALMENTE COJONUDOS en el futuro está claro que hay que evitar a toda costa que te invada esta epidemia.
Los malayos tiene que mirar bien eso de la tolerancia entre religiones.
Estando de visita en un templo budista, me encontré con este cartel que no sé muy bien cómo interpretar.
Yo no lo entendí muy bien. Se lo pregunté al guía, pero a pesar de ser claramente de origen chino, se hizo el sueco, eso sí, sonriendo.
Había unos folletos por ahí, o sea que supongo que podían cogerlos todos menos los musulmanes, por si les salía un sarpullido, no sé ...
@Juan
No es que no los musulmanes no puedan predicar o mostrar panfletos, es que los demas no pueden predicar a los musulmanes.
Lo mismo de siempre. Elites, que se creen que sus conciudadanos. Son de su propiedad, y hacen lo que ellos digan. Solo que en estos casos, ni lo disimulan.