Taro Kono, un destacado político japonés, informó a diplomáticos de EE.UU. que el Ministerio de Economía, Comercio e Industria de su país y en concreto el departamento responsable de la energía nuclear minimizaba todo tipo de problemas asociados con la industria llegando incluso a encubrir accidentes en las centrales nucleares.
Como no podía ser de otra manera un cable (C O N F I D E N T I A L TOKYO 002993) filtrado por WikiLeaks y que ha publicado The Guardian es la prueba que vuelve a poner en entredicho a la clase política y las corporaciones que se “confunden” porque básicamente son lo mismo. También en el “sacralizado” Japón. También jugando con fuego nuclear.
Taro Kono explicó que las compañías eléctricas están ocultando los costes y los problemas de seguridad relacionados con la energía nuclear y venden como un éxito lo que no lo es: los programas de reprocesamiento nuclear en reactores que estuvieron fuera de servicio después del accidente en el supergenerador de Monju.
Kono precisamente denunció que tras este accidente las empresas eléctricas trabajaron con lo que se conoce como MOX una mezcla de combustible de plutonio-uranio (usado) que es de nuevo utilizado en la producción de energía nuclear.
Kono criticó este caro programa que según explicó “al final lo pagan los consumidores japoneses en sus elevadas facturas de electricidad en relación con lo que pagan consumidores de otros países”. Además los antinucleares y ecologistas apuntan a los peligros potenciales del MOX, sustancia especialmente dañina para la salud. El segundo reactor de Fukushima funciona con MOX.
En otro momento y al describir la influencia ejercida por las empresas eléctricas, Kono desveló a los diplomáticos de EE.UU que había pactado una larga entrevista de tres capítulos en un canal de televisión japonés para hablar de estos asuntos pero que se había cancelado después de la primera entrevista, ya que las empresas eléctricas amenazaron con retirar la publicidad.
Kono manifestó a los diplomáticos su inquietud por lo inseguro que sería siempre almacenar residuos nucleares en una tierra de volcanes, amplia actividad sísmica y abundantes aguas subterráneas, pero también denunció como la política y burocracia profesional son parte del problema. En Japón la jerarquía o aristocracia que controla la política está “conectada” con las corporaciones en lo que se considera un sistema perfecto de corrupción institucionalizada que la alternancia del Partido Democrático del actual primer ministro ha perfeccionado.
Kono aprovechó su reunión con los “americanos” para quejarse del sospechoso freno al desarrollo de las fuentes de energía alternativas con ejemplos de redes inutilizadas con la excusa de estar reservadas para situaciones de emergencia no especificadas y la política de ayudas pública que al no ser a largo plazo desincentivaban a los inversores. En la descripción de cómo se podía hacer frente a futuras necesidades de energía de su país, Kono se mostró convencido de que Japón con el tiempo tendría que pasar a un uso del 100% de energías renovables.
Mientras tanto el político japones abogó por sustituir progresivamente la energía producida por las plantas nucleares por la misma cantidad de energía procedente de las plantas que utilizan gas natural licuado. A esto habría que añadir las nuevas fuentes de energía renovables. Este objetivo es abanderado por las corrientes más renovadoras de la política japonesa que puede representar el propio Taro Kono. Una meta que consideran alcanzable. El “milagro japones” con el que esperan sorprender, otra vez, al mundo.
Kono, lo que son las cosas, también hizo algunas observaciones a los “americanos” sobre lo injusto que es el proceso electoral japonés con referencias concretas a la ley electoral. Por ejemplo no se le permitió hacer campaña activa en Internet.
Fuente: Nación Red