Richard Levin, presidente de Yale, defendió (en) la idea de ofrecer un programa en Asia:
Creemos que si Yale se va comprometer con el mundo de manera que podrían dar forma al futuro global, deberíamos reconocer que muchos países viven de acuerdos a diferentes tradiciones y normas. A pesar de las obvias restricciones en el ámbito del discurso público, nuestros estudios muestran que hay una verdadera oportunidad para una sólida investigación y discusión en el campus de NUS. Las limitaciones que deberemos aceptar, dada la tradición y la ley singapurenses, tienen que ser sopesadas con la oportunidad que tenemos para influir en el tiempo, el currículum y la pedagogía en gran parte del mundo.
No obstante, algunos miembros del cuerpo docente de Yale (en) señalaron que la tradición liberal de Yale no es compatible con el ‘régimen autoritario’ en Singapur. Incluso el periódico estudiantil, Yale Daily News, no apoya (en) la expansión de Yale en Singapur:
El nuevo Yale-NUS se parecerá a Yale, pero no entregará títulos de Yale. Los designados por Yale se sentarán en la junta, pero probablemente junto a miembros del gobierno singapurense, como los de la junta de NUS. Sus estudiantes tomarán clases dictadas por catedráticos de Yale, pero en ellos, no podrán leer libros prohibidos acerca de la pena de muerte del régimen, de tortura en las cárceles, de la prohibición a la homosexualidad o su censura.
Aun cuando las noticias locales no limitan la obra académica en la universidad, ciertamente sí lo hará la autocensura. ¿Quién publicará una apasionada tesis doctoral en un país en aplica cárcel para ofensas menores? ¿Un país que difama y encarcela a académicos y autores por denunciar la mala ejecución de su gobierno?
Agregaron que la Universidad de Warwick (en) en Inglaterra decidió no establecer una sucursal en Singapur en 2005 porque percibieron falta de libertad académica en la próspera ciudad-estado. Hasta la Universidad John Hopkins (en) cerró una instalación de investigación cuando tuvo un conflicto con el gobierno de Singapur.
The Kent Ridge Common, un periódico estudiantil de Singapur, aclaró (en) que la política se discute libremente en las escuelas de Singapur:
Francamente, los temas políticos en Singapur disfrutan de discusión sin limitaciones en NUS.
Más que funcionar en un ambiente estrictamente controlado donde tienen que cuidar lo que hablan y hablar solamente de lo bueno, los conferencistas a menudo bromean acerca de las inherentes fallas o prejuicios de temas ‘delicados’ en las salas de conferencia o en las aulas.
Los estudiantes —jóvenes singapurenses que pertenecen a una generación completamente diferente, si acaso, están incluso más comprometidos y son más rigurosos durante las discusiones en el aula. Los puntos se definen en la clase a menudo apasionada y fuertemente —ya sea de crítica o de apoyo al sistema singapurense— para demostrar que a los jóvenes singapurenses de verdad les interesa el futuro de su país, y no están limitados solamente por la evaluación miope y unilateral del sistema de Singapur.
Los singapurenses tienen libertad para hablar, y los catedráticos tienen libertad para enseñar.
Koh Choon Hwee (en) piensa que la presencia de una universidad de prestigio en Singapur afirma la actitud reinante en la sociedad de idolatrar la educación ‘superior’ de los países occidentales:
Por tanto, mientras me siento feliz por la Universidad Yale-NUS, como estudiante de NUS y como singapurense, soy consciente de que esta ‘alegría’ existe dentro de un discurso de ‘superioridad occidental’. Mi ‘alegría’ se disipa rápidamente y pasa a ser un apático hastío (leído: sian) en este punto.
Además, luego que la euforia de la novedad de la prestigiosa universidad disminuya, se observa que este no es un cambio revolucionario en sustancia.
Pero YNC tiene el nombre ‘Yale’ y tendrá personal docente participando en el programa –para algunos, eso puede hacer toda la diferencia, para otros tal vez no. En términos de marca NUS, tal vez esa sea una diferencia crucial.
Un anónimo comentario en el blog de my sketchbook rechaza (en) los planes de una operación conjunta Yale-NUS:
¡¿De qué se tratan todas estas vinculaciones?! ¿Están las universidades de Singapur tratando (de) ganar credibilidad “instantánea” con todo esto? Creo que las universidades en Singapur tienen las habilidades y la capacidad de ser instituciones excelentes ellas solas, pero por supuesto, tienen que tener paciencia pues tomará tiempo… pero ocurrirá… Pero haciendo estas vinculaciones se está frenando su evolución pues cuando la relación termina, te quedas sin nada…
Joel Chow prefiere (en) que la NUS desarrolle su propia marca antes que adquirir prestigio a través de una sociedad con Yale:
Aunque la sociedad con Yale es sin duda un golpe de NUS, los términos del acuerdo reflejan una carga desigual para la universidad que tal vez es un precio muy alto a pagar por el nombre de la marca de Yale.
Además, la sociedad con Yale pasa por alto el desarrollo orgánico de nuestra propia universidad de artes liberales en NUS y sugiere una preocupación por asegurar sociedades con grandes nombres más que buscar en nuestro propio patio alternativas viables.
Aunque tenemos razones para celebrar la sociedad con una institución de prestigio como Yale, tal vez también sea momento de empezar en serio a cultivar el nombre de nuestra propia marca, y solamente entonces podemos ser un centro universitario líder a nivel mundial con sede en Asia.