Decenas de miles de desplazados camboyanos a causa del conflicto con Tailandia en la frontera comienzan a padecer problemas de salud por la falta de higiene y agua potable, alertaron hoy fuentes sanitarias.
En la localidad camboyana de Samrong, a 30 kilómetros de los templos fronterizos de Ta Moan y Ta Krabei, unas 36.000 personas se resguardan en asentamientos improvisados en pagodas y escuelas desde que comenzaron los combates hace una semana.
"La mayoría tiene problemas de diarrea porque están bebiendo el agua sin hervir y también hay muchas infecciones", indicó a EFE Mun Nara, un médico del centro de salud de Samrong pero que estos días ayuda a los refugiados.
Los combates con disparos de fusil y artillería pesada han causado 16 muertos, incluido un civil, decenas de heridos y la evacuación de decenas de miles de personas a ambos lados de la frontera.
En los campamentos de Samrong, los evacuados han convertido sus pequeños tractores en tiendas de campaña, donde los campesinos se protegen de las inusuales lluvias que han caído sobre Camboya durante las últimas semanas.
Debajo de las lonas o plásticos, en unos cinco metros cuadrados, se apelotonan entre 20 y 30 personas, quienes sólo han podido llevarse consigo unos pocos enseres para cocinar.
A pesar de las deficientes condiciones de vida en los asentamientos, nadie piensa en volver a sus viviendas por temor a resultar heridos por los combates.
"La mayoría no quiere volver a sus casas, porque tienen miedo de que los enfrentamientos vayan a peor", asegura Po Reathy, un asistente del ayuntamiento que se ocupa de uno de los campos.
Los mandos militares de ambos países acordaron ayer un alto el fuego que fue roto por la noche y esta madrugada con un intercambio de disparos."Yo quiero volver, porque me tengo que ocupar de mi tierra, pero no lo haré hasta que no terminen los disparos", asegura Thaen Thy, un granjero de 32 años que vive a diez kilómetros de los templos.
Sin embargo, las condiciones son duras en los refugios improvisados y los campesinos temen los pillajes en sus granjas y hogares.
"Es muy difícil vivir aquí. No nos queremos quedar. No tenemos de nada", cuenta Thai Thueng, una mujer que lleva ya seis noches durmiendo en una de las tiendas de campaña las autoridades ha instalado al lado de una pagoda.
La mayoría de los enfrentamientos, que comenzaron hace una semana, se han producido en torno a los centenarios templos jemeres de Ta Meun (Ta Moan en camboyano), Ta Kwai (Ta Krabei) y Preah Vihear.
La frontera entre ambos países, fuertemente minada, nunca han estado claramente definida desde que Francia abandonó sus colonias en el Sudeste Asiático tras la II Guerra Mundial y las disputas soberanistas han sido frecuentes.
El conflicto actual comenzó en 2008, cuando la UNESCO declaró patrimonio de la humanidad Preah Vihear, un monumento hindú del siglo XI, y lo incluyó en territorio camboyano.
Actualmente, Tailandia ya no reclama Preah Vihear, pero si varios kilómetros cuadrados aledaños.
Fuente: Agencia EFE