La junta militar birmana fue disuelta este miércoles y sus poderes transferidos a un nuevo presidente, lo que supone la retirada del generalísimo Than Shwe, hombre fuerte del país desde 1992, pese a que los militares mantienen el control de las nuevas instituciones.
El ex primer ministro y ex general Thein Sein asumió como nuevo presidente del país, así como 30 ministros, en una ceremonia realizada en el Parlamento ante la presencia del general Min Aung Hlaing, de 54 años, nuevo comandante en jefe del Ejército, puesto que ocupaba Than Shwe desde 1992, informó AFP.
"No se sabe todavía si ha asumido sus funciones", afirmó un responsable birmano, lo que confirma la nebulosa que existe desde hace varios días sobre el futuro de Shwe, que ha gobernado el país con mano de hierro, y del que casi nadie cree que vaya a abandonar sin más la escena política.
En cambio, el Consejo de Estado para la Paz y el Desarrollo (CEPD), nombre oficial de la junta, ha desaparecido, cediendo el poder a las nuevas instituciones "civiles" creadas por la Constitución de 2008 y de las elecciones legislativas de noviembre pasado.
"En cuanto el nuevo jefe del gabinete asumió sus funciones, el CEPD quedó oficialmente disuelto", indicó la televisión gubernamental que citaba una orden firmada por el generalísimo Than Shwe.
Esta transformación aparente en régimen civil no termina de convencer a todos. "La gente no se cree estos cambios meramente cosméticos", dijo Maung Zarni, del London School of Economics, en la capital británica.
"No hemos visto ninguna forma de democracia en estos últimos 50 años por lo que esto parece más un experimento", aseguró Aung Naing Oo, analista birmano del sector textil en Tailandia.
La victoria aplastante del Partido de la Solidaridad y el Desarrollo de la Unión (PSDU) en noviembre, permitió a la Junta reivindicar su mutación en régimen civil.
Desde occidente, se denunció que se trató de una pantomima para legitimar a los militares que se suceden en el poder desde 1962.
A partir de ahora, el poder que concentró un solo hombre, odiado por buena parte de la población, se va a repartir entre los poderes legislativo y ejecutivo, el partido político creado por la junta y el ejército.
El sitio internet de los exiliados birmanos Irrawaddy describió al nuevo jefe del ejército como un "puro y duro" de la junta, que habría jugado un "papel de primer plano" en la lucha contra los grupos armados rebeldes en el este del país.
El miércoles por la mañana, los símbolos administrativos de la junta saliente comenzaron a desaparecer de las calles de Rangún, lo que pone de relieve que hay un proceso en marcha en todo el país, constató un periodista de la AFP.
Las oficinas del CEPD cambiaron de nombre por el de "Departamentos Generales Administrativos".
La liberación, unos días después de las elecciones, de la célebre opositora Aung San Suu Kyi tras siete años en arresto domiciliario relanzó el debate sobre la pertinencia de las sanciones, que varios partidos de la oposición reclaman que se supriman.
La laureada con el Premio Nobel de la Paz no se ha sumado a estas peticiones. La Liga Nacional para la Democracia (LND), su partido disuelto y totalmente apartado del proceso electoral, ha pedido que se mantengan dichas sanciones, pero parece cada vez más sola.