Las elecciones legislativas que Tailandia celebrará el próximo 3 de julio pondrán a prueba la neutralidad de los militares que unos cinco años atrás depusieron al gobernante Thaksin Shinawatra, mentor del partido que se perfila vencedor.
De momento, el Ejército ha hecho, de forma directa o indirecta, lo que ha podido para restar votos al opositor Puea Thai (Partido de los Tailandeses), que lidera Yingluck Shinawatra, la hermana menor de Thaksin, el multimillonario y polémico político refugiado en Dubai.
La señal más evidente de esa postura la ofreció a mediados de junio el jefe del Ejército, general Prayudh Chanocha, quien en un discurso difundido por los canales propiedad de los militares advirtió sobre las amenazas que surgen contra la monarquía e instó al electorado a votar por la "gente buena" para que no repitan los resultados de las elecciones celebradas previamente.
En los comicios de 2001 y 2005 se alzó con el triunfo el Partido Tha Rak Thai (Tailandeses aman lo tailandés), capitaneado por Thaksin y reconvertido en el Puea Thai después de que fuera disuelto por fraude electoral.
"Si permitís que los resultados se repitan, no conseguiréis nada nuevo y tampoco veréis nada nuevo", dijo el jefe militar vestido con su uniforme de general.
El general Prayudh, quien tuvo un rol activo en la última asonada y supervisó las operaciones militares destinadas a acabar con las protestas callejeras de los llamados "camisas rojas" entre marzo y abril del año pasado, alegó después irritado que sus palabras habían sido malinterpretadas.
Los jefes militares han reiterado desde que las tropas aplastaron las protestas del frente antigubernamental de los "camisas rojas" el año pasado, que el golpe de estado contra Thaksin persiguió proteger la institución monárquica de los intentos para reducir su rol.
Un total de 92 personas murieron y más de 1.800 resultaron heridas a causa de la explosión de artefactos y los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y manifestantes del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, aliado político del Partido Puea Thai.
El general Prayudh insiste en que el Ejército no tiene la intención de llevar a cabo un golpe de estado y, según sus propias palabras, los militares creen "que la democracia bajo la monarquía constitucional es el mejor de los sistemas".
Pero no siempre ha sido así.
Las Fuerzas Armadas han influenciado en la política desde que en 1932 la monarquía absolutista fue reemplazada por la constitucional, y desde entonces han perpetrado 18 golpes de estado, casi tantos como constituciones ha tenido el país durante estas ocho décadas.
Preservar la imagen de la monarquía y poner fin a la corrupción han sido los dos pretextos argumentados por los militares para deponer a gobernantes, elegidos en las urnas o no.
Una combinación de esos dos pretextos llevó al Ejército a deponer a Thaksin en septiembre de 2006, tras gobernar casi cinco años con el respaldo de la mayoría parlamentaria.
Thaksin, declarado prófugo de la justicia a raíz de que huyera del país para eludir cumplir la pena de dos años de cárcel impuesta por un tribunal que le declaró culpable de corrupción, confía en que la victoria electoral del Puea Thai permita su regreso.
El Puea Thai, al frente del cual Thaksin puso a Yingluck, de 44 años, aventaja en intención de voto a su mayor rival, el Partido Demócrata del primer ministro en funciones, Abhisit Vejjajiva, según indican los diferentes sondeos de opinión